sábado, 9 de junio de 2012

"Cuando el miedo cambie de bando"

Los enfrentamientos, televisados, entre mineros y policías o guardia civiles ha dado vueltas por Youtube, alimentando las necesidades estéticas de quienes se han aburrido de los planteamientos "blandos" de movimientos pacifistas, que han captado la actualidad informativa de un tiempo a esta parte, como el 15M.

La barricada, escenografiada en nuestras conciencias youtuberas, simboliza el enfrentamiento brutal.

Era esperable que en esta global sumisión a no poder cambiar las bases reales, las lógicas internas que rigen sobre nuestras vidas, la desesperanza cobre cuerpo, se consolide. Y es que, en muchas de las movilizaciones que han tenido lugar últimamente, la no-violencia ha sido tomada, a menudo, como una táctica más (aunque no siempre, desde luego). Es decir, no porque tratemos de alimentar en positivo una postura, por ejemplo, frente a la policía (como "noviolencia", como una misma palabra, no como la negación, tal y como Gandhi tomaba satyagraha) sino porque aceptábamos la lógica legalista de la confrontación: no vamos a hacer nada ilegal, y pegar a un policía es ilegal. Dicho de otra manera: no le meto caña al madero porque no puedo, no porque no debo. Este planteamiento, oportunista, positivista, y que legitima la ley por encima de nuestro pensamiento y acción, ha sido presentado como algo a lo que puede llamársele no-violencia. Y, efectivamente, ha llegado a colmar los ánimos de quienes no quieren aceptar esa lógica derechosa, que pone a la norma como principio moral, haciendo, por tanto, desaparecer la posibilidad de la ética y dejando sólo abierto el oportunismo. A ello hay que unir quienes ven en el enfrentamiento formal (antidisturbios y gases lacrimógenos por un lado, frente a barricadas por otro) la estética de la radicalidad. En este caso, no es la norma, sino la estética, la que sustituye a la ética. Resumiendo: entre quienes se sienten inmovilizados por el oportunismo del pacifismo barato (y se les ha escondido otra referencia) y quienes aprecian la belleza de una pedrada a un guardia civil, está creciendo un fervor guerrero como respuesta a la imposibilidad normativizante del escenario pacifistoide.

Por supuesto, esto va a beneficiar principalmente a dos grupos:

- A quienes lo instigan. Los culpables de este salto no son quienes utilizan la no-violencia como táctica y no como filosofía (noviolencia), aunque tengan buena responsabilidad, sino quienes llevan instigando, con cargas policiales, infiltrados, detenidos, identificaciones, etc., esta situación desde siempre. Los mismos que multan sistemáticamente en un desaolojo, los mismos que falsifican carteles de movilizaciones de grupos para identificarlos a la kaleborroca, los que ordenan las cargas policiales... Es decir, los grandes beneficiados de que no exista un cambio de lógica que nos permita superar la impotencia. Banco Santander, Telefónica, La Caixa, ..., grandes beneficiados gracias al buen trabajo de sus departamentos de agitación y propaganda llamados gobiernos.

- A quienes, no siendo grandes beneficiados, no quieren perder oportunidad:


"Cuando el miedo cambie de bando" es uno de los últimos intentos de IU por presentarse, estética mediante, como representante de la oposición. Lo de menos es que, finalmente, su gran llamamiento consiste en que veas el vídeo y sepas: ah, que piden que se investigue lo de Bankia. Pero nos lo quieren hacer saber porque quieren que digamos: están en nuestra estrategia. ¿Y cómo se llama esa estrategia? Que dejemos de tener miedo nosotros, para que empiecen a tener miedo ellos.

Desde luego, es puro oportunismo, porque para nada temen nada como esto, por supuesto. Pero, es más que esto, es oportunismo canalla. Porque si el miedo cambia de bando, ¿qué es lo que también produce miedo?

El problema de lo binario, amor mío, es que termina siendo revolución a lo matemático: vuelta completa, es decir, dejarlo todo como estaba pero con un mareíto de por medio. Así que, señores, ok, el miedo (que lo teníamos nosotros) debe cambiar de bando (deben tenerlo ellos). Entonces, ¿qué es lo que tenían ellos y tendremos nosotros? ¿El mango del hacha del verdugo?

Bueno, quizás sea ese cambio el que tenían en la cabeza cuando aceptaron entrar en el gobierno andaluz, para gestionar al imperialismo europeo en nuestra tierra. Quizás, lo que más marca al oportunista, sea, en realidad, una literal coherencia en todos sus actos.


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